Publicado en el Instituto Mises de Barcelona.
Parece que después de Grecia viene Irlanda. Tendrá que aceptar la ayuda de las instituciones internacionales para rescatar a su banca y consolidar sus finanzas.
Una vez que el mercado internacional dejó de prestar a la banca irlandesa, ésta entró en quiebra técnica al no poderse financiar del exterior. El Estado Irlandés tuvo la keynesiana y “brillante” idea de poner en marcha su bad bank para capitalizar a sus bancos irlandeses, es decir, para purgar al sistema bancario de los activos tóxicos acumulados durante los años de expansión de la burbuja financiera. La intención era adquirir alrededor de 80.000 millones de euros ¡con un descuento de cerca del 50%!
Total, que al final al que hay que rescatar es al Estado Irlandés. Como era de esperar (de momento no vivimos en el Jardín del Edén y las cosas no son gratis, hay que pagarlas, y hay que ver si se tiene dinero …) No solamente no ha solucionado los problemas de su banca sino que está al borde de la bancarrota. Si las obligaciones de la banca irlandesa son de 1,5 billones de euros y la producción anual sólo es de 0,15 billones, es bastante difícil que las cuentas del Estado puedan soportarlas (sus bonos llegaron a alcanzar una rentabilidad del 9% la pasada semana, lo que supone un coste inasumible para el Gobierno).
Muy bien ¿Y quién rescata a Irlanda? ¿El BCE o el Fondo de Estabilidad Financiera? Interesante cuestión. Parece ser que el BCE se ha dado cuenta de que no es el más interesado ya que ello supondría comprar la deuda pública irlandesa, es decir, monetizarla. Está claro que el Estado Irlandés preferiría seguir teniendo financiación del 1% por parte del BCE ilimitadamente, ya que esto no le obliga a tener que utilizar fondos públicos, por lo que no tendría que ser rescatado y perder la soberanía económica (de momento).
Pero el BCE, consciente de los grandes riesgos de ir monetizando deudas soberanas de los PIIGS (devaluación del euro), ha presionado para que se acoja al programa de rescate de países, es decir, que lo rescaten los demás países miembros de la zona euro y el FMI con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera aprobado por la UE y el FMI el pasado mayo, dotado con 750.000 millones de euros. A los países de la zona euro les interesa que Irlanda sea rescatada para frenar el efecto contagio que está afectando a otros países periféricos como Portugal, España e incluso Italia. Preocupa la estabilidad de la eurozona en su conjunto.
Y todo parece indicar que este rescate es inminente. Estaría dotado de unos 100.000 millones de euros que pagaremos todos. La mitad para salvar a la banca irlandesa y la otra mitad para consolidar al Tesoro Irlandés.
Es lo que tiene estar inmersos en el desastroso sistema financiero actual. El final siempre es el mismo: mucho banco central, pocas quiebras de bancos, mucho Estado y mucha socialización de las pérdidas de éstos últimos.
Parece que después de Grecia viene Irlanda. Tendrá que aceptar la ayuda de las instituciones internacionales para rescatar a su banca y consolidar sus finanzas.
Una vez que el mercado internacional dejó de prestar a la banca irlandesa, ésta entró en quiebra técnica al no poderse financiar del exterior. El Estado Irlandés tuvo la keynesiana y “brillante” idea de poner en marcha su bad bank para capitalizar a sus bancos irlandeses, es decir, para purgar al sistema bancario de los activos tóxicos acumulados durante los años de expansión de la burbuja financiera. La intención era adquirir alrededor de 80.000 millones de euros ¡con un descuento de cerca del 50%!
Total, que al final al que hay que rescatar es al Estado Irlandés. Como era de esperar (de momento no vivimos en el Jardín del Edén y las cosas no son gratis, hay que pagarlas, y hay que ver si se tiene dinero …) No solamente no ha solucionado los problemas de su banca sino que está al borde de la bancarrota. Si las obligaciones de la banca irlandesa son de 1,5 billones de euros y la producción anual sólo es de 0,15 billones, es bastante difícil que las cuentas del Estado puedan soportarlas (sus bonos llegaron a alcanzar una rentabilidad del 9% la pasada semana, lo que supone un coste inasumible para el Gobierno).
Muy bien ¿Y quién rescata a Irlanda? ¿El BCE o el Fondo de Estabilidad Financiera? Interesante cuestión. Parece ser que el BCE se ha dado cuenta de que no es el más interesado ya que ello supondría comprar la deuda pública irlandesa, es decir, monetizarla. Está claro que el Estado Irlandés preferiría seguir teniendo financiación del 1% por parte del BCE ilimitadamente, ya que esto no le obliga a tener que utilizar fondos públicos, por lo que no tendría que ser rescatado y perder la soberanía económica (de momento).
Pero el BCE, consciente de los grandes riesgos de ir monetizando deudas soberanas de los PIIGS (devaluación del euro), ha presionado para que se acoja al programa de rescate de países, es decir, que lo rescaten los demás países miembros de la zona euro y el FMI con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera aprobado por la UE y el FMI el pasado mayo, dotado con 750.000 millones de euros. A los países de la zona euro les interesa que Irlanda sea rescatada para frenar el efecto contagio que está afectando a otros países periféricos como Portugal, España e incluso Italia. Preocupa la estabilidad de la eurozona en su conjunto.
Y todo parece indicar que este rescate es inminente. Estaría dotado de unos 100.000 millones de euros que pagaremos todos. La mitad para salvar a la banca irlandesa y la otra mitad para consolidar al Tesoro Irlandés.
Es lo que tiene estar inmersos en el desastroso sistema financiero actual. El final siempre es el mismo: mucho banco central, pocas quiebras de bancos, mucho Estado y mucha socialización de las pérdidas de éstos últimos.
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