30 de abril de 2008

Los impuestos y sus efectos: reducción de incentivos


En este artículo de divulgación publicado en Asturias Liberal comento cómo los impuestos reducen los incentivos para producir.



En esta ocasión vamos a comentar el impacto que tienen los impuestos en la producción de las empresas.

Los impuestos reducen los incentivos para producir.

¿Por qué produce una persona? Para obtener unos beneficios, sean éstos materiales o no. Quiere mejorar su situación actual. Intenta pasar de una situación menos satisfactoria a otra más satisfactoria.

Así, cuando una persona decide crear una empresa arriesgando su capital, lo hace movida por su afán de lucro y no por altruismo. Le mueve, por ejemplo, la aspiración de ganarse la vida mejor o asegurar el futuro de su familia.

Gracias a este deseo (¿egoísta?) de ganar dinero elabora productos que todos acabaremos disfrutando. Como dijo Adam Smith, “no es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés.”

Y la supervivencia de la empresa sólo será posible si satisface las necesidades de los ciudadanos. En caso contrario tendrá que cerrar, y es bueno que así sea. La empresa está obligada a prestar cada vez un mejor servicio, siendo la ganancia la señal que indica en qué forma se está sirviendo a la gente.

El deseo de ganancia o afán de lucro del hombre es el incentivo que estimula su talento creativo y su capacidad empresarial. Es lo que hace que su tiempo y dedicación fluyan hacia sus bienes en busca de una mayor productividad.

Si una persona tiene una iniciativa empresarial novedosa pero tiene que pagar impuestos sobre la renta, cotizar a la seguridad social por cada empleado, imponer el IVA y pagar un sinfín de impuestos adicionales, los beneficios pueden no ser tan grandes como pensaba. No compensará el riesgo que ha tomado, por lo que no invertirá en proyectos y emprendimientos.

Los impuestos sobre el ingreso y el capital, por tanto, suponen un castigo a los que producen, que son el motor del crecimiento económico. Son los que aumentan el nivel de vida de todos y hacen que un país sea más rico y próspero. El resultado es un nivel de vida más bajo y menores oportunidades de empleo. Lo pagan los trabajadores, los accionistas y los consumidores. La sociedad se empobrece.

El Estado debería premiar a los emprendedores y productores que innovan, invierten, trabajan y crean, porque son ellos los creadores de riqueza.

Pero, ¿qué es lo que hace en su lugar?

Incentivar a los parásitos y depredadores mediante subvenciones, es decir, extrayendo la riqueza de quienes la han creado y repartiéndola entre quienes nunca la lograrían en un mercado competitivo. Gente que simplemente se cree con derecho a realizar una actividad a costa del esfuerzo y trabajo ajeno.

La subvención destruye riqueza y no la crea. Pero de las subvenciones y de los grupos de presión hablaremos en otro momento.

22 de abril de 2008

Sobre la prostitución y ¡Madrid! (y II)


Este artículo es la segunda parte del artículo publicado en asturiasliberal.org sobre la prostitución. Hablo de las consecuencias que provoca la ilegalización de la prostitución.

Actualización 1: se ha publicado también en el Instituto Juan de Mariana con el título de Las Diez consecuencias de ilegalizar la prostitución.

Actualización 2: Los dos textos míos sobre la prostitución se han publicado juntos en liberalismo.org con el título Por la legalización de la prostitución.


En el artículo anterior expuse los motivos por los cuales la prostitución es una actividad totalmente legítima desde el punto de vista ético. Ahora toca presentar las consecuencias que provoca su ilegalización.

Si de algo nos advirtió el gran Frédéric Bastiat fue de la necesidad de tener en cuenta las consecuencias no previstas de las acciones humanas y en particular de las políticas.

La experiencia de su ilegalización es instructiva porque muestra claramente los resultados desastrosos de tratar de suprimir una actividad pacífica y voluntaria mediante la ley coactiva (e ilegítima).


Consecuencias para las prostitutas:

1) Abandono institucional: las deja sin derechos ni protección.

Éste es el punto más importante. En el anterior artículo comentamos que la prostitución no dejaba de ser una profesión como cualquier otra en la que dos personas efectúan una transacción voluntaria. Ahora habría que añadir que: sin instituciones adecuadas una verdadera economía de mercado no es posible (Coase). Lo cual significa que sin el apoyo del Estado de Derecho, la prostitución no puede ejercerse sin inseguridad jurídica y social.

La ilegalización hace que dejen de ser sujetos éticos. No están regulados ni sus derechos ni sus obligaciones. Las prostitutas están desprotegidas y se les puede maltratar. Se les puede secuestrar, pegar, violar, robar y forzar a prostituirse. Están en una situación discriminada y sin derechos. Se ha demostrado que las prohibiciones no acaban con el problema sino que lo único que hacen es empeorar las condiciones de trabajo de las mujeres que seguirán ejerciendo. Trabajan en malas condiciones de seguridad, limpieza, higiene y tranquilidad.

Sabemos que no vivimos en un mundo ideal y que siempre se seguirán produciendo injusticias y abusos aunque se legalice la profesión. Sobre todo conociendo la nula eficacia e ineptitud de quién tiene que protegernos (véase Papá Estado). Pero lo que se debe buscar es lo siguiente: garantizar los derechos a aquellas mujeres que deciden trabajar en la prostitución y limitar los abusos que hoy ejercen sobre ellas en los burdeles.

Una vez legalizada la prostitución, las que quieran continuar en la clandestinidad (para no pagar impuestos) lo harán voluntariamente y bajo su responsabilidad. Deberán asumir los riesgos.


2) La ley no funciona, no consigue lo que se propone (reducir la prostitución).

Es bien conocido que la prostitución es tan antigua como la humanidad. Y todo parece indicar que la humanidad no está para muchos cambios, porque la prostitución sigue siendo demandada enormemente pese a su ilegalización.

Atendiendo a la gran cantidad de dinero que mueve, podemos asegurar que el mercado más antiguo de la historia no parece que vaya a desaparecer. Y sin embargo, pese a no violar los derechos de nadie, está ilegalizada.

¿Cómo puede el Estado decidir si se tiene que reducir una determinar profesión? ¿En base a qué? ¿En base a que a los políticos les parece una actividad denigrante? ¿Intrínsecamente perversa? ¿Deshumanizante? Quizás deberían reflexionar acerca de su profesión.

El objetivo que hay que proponerse no es reducir la prostitución, sino la reducir las víctimas del tráfico de blancas y personas. Y eso se consigue legalizando la profesión para establecer claramente la distinción entre prostitución voluntaria (decisión propia) y prostitución coactiva (esclavitud), y persiguiendo fuertemente la segunda.


3) Convierten a gente honesta y pacífica en criminales.

La ilegalización produce la estigmatización social y persecución de una trabajadora honesta y pacífica. Muchas veces los bancos son reticentes a concederles préstamos y las aseguradoras prefieren evitarlas. Sufren el menosprecio y la discriminación que todos conocemos.


Consecuencias de crear un mercado negro:

4) Crea en la sociedad “mercados” en donde la competición se basa en la violencia y no de forma pacífica como en el legales.

No están basados en el contrato y la cooperación. Aumenta la violencia y la inseguridad ciudadana.


5) El precio del servicio es mucho mayor en un mercado negro que en un mercado legal competitivo.

Todo producto en un mercado negro tiene un precio más alto porque la falta de oferta y falta de competencia provocan la escasez de los servicios que la gente considera indispensables. Llega al mercado una menor cantidad que la demandada. Existe más demanda que oferta y los clientes están dispuestos a pagar un precio más alto por el servicio que se les prohíbe. Además hay que pagar al intermediario clandestino.


6) Los servicios en los mercados ilegales son de una calidad menor que en los mercados legales competitivos.

La falta de competencia y de legalidad hace que no haya ni el control ni las exigencias que se darían en un mercado legal.


7) Provoca una delincuencia asociada.

Los enormes beneficios del mercado negro incentivan que los criminales violentos entren. Provoca una delincuencia asociada, a menudo muy violenta. Existe un submundo ilegal en el que se da inmigración ilegal, extorsión, tráfico de drogas, falsificación de documentos y delitos económicos que aumentan la delincuencia y la violencia. La legalización ayudaría a luchar contra el resto de actividades.


8) Hace que el sistema de justicia sea más corrupto.

La legalización acabaría con un foco importante de corrupción que aumenta en todos los niveles del Estado debido a la gran cantidad de policías, jueces y demás autoridades que han sido comprados, sobornados o extorsionados por las mafias, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.


Consecuencias para el resto de la sociedad:

9) El Estado convierte actividades pacíficas en criminales.

Este punto es importante. Hay que derogar el artículo 188 del Código Penal, que prohíbe el proxenetismo, es decir, el dedicarse a la prostitución como empresario. Prohíbe que se establezcan relaciones laborales entre prostitutas y empresarios. Impide al empresario establecer tratos comerciales entre la prostituta y otra persona, aun con el consentimiento de las mismas. Hay que derogarlo porque hay que reconocer a la prostitución como profesión. Debe tener los mismos derechos laborales que las demás profesiones.

La prostitución se tendría que poder ejercer de forma autónoma o en contrato con algún empresario. Tienen que tener la posibilidad de establecer sus propios negocios.


10) Provoca un aumento de poder y gasto estatal.

Supone un gran recorte de libertades (impuestos, intervenciones, vigilancia) porque una enorme cantidad de recursos van destinados a prohibir y perseguir actividades pacíficas consensuadas en vez de perseguir a los verdaderos criminales y delincuentes.


Hay gente que defiende la legalización sólo por los elevados impuestos que recaudaría el Estado. A mí me parece que ésta sería precisamente una gran razón para no legalizarla. Además está demostrado que incentiva el que muchas prostitutas que ejercen por decisión propia lo hagan en la clandestinidad para no pagar impuestos.

La conclusión es que el Ayuntamiento se ha gastado nuestro dinero (que tanto nos cuesta ganar) en una campaña paranoica que no tendrá ningún tipo de resultado. En la próxima campaña para criminalizar al ciudadano seguramente nos mostrarán al niño negrito africano famélico muriéndose de hambre y dirán que es debido a que hay gente que paga por servicios sexuales.

Aunque yo propondría la siguiente: “Porque te quitamos TÚ dinero, NOS lo podemos gastar en campañitas liberticidas diversas”. ¿Qué tal?

16 de abril de 2008

Sobre la prostitución y ¡Madrid! (I)


En este artículo publicado en asturiasliberal.org explico los motivos por los cuales prostituirse debería ser totalmente legítimo éticamente. Debería ser un derecho humano.

Actualización 1: también se ha publicado en el Instituto Juan de Mariana aunque con el título de "Ética de la prostitución".

Actualización 2: Los dos textos míos sobre la prostitución se han publicado juntos en liberalismo.org con el título Por la legalización de la prostitución.

Si algo caracteriza a los políticos es su hipocresía, su mezquindad, su nula capacidad intelectual y, sobre todo, el absoluto desprecio que tienen a la libertad de las personas.

Los cráneos privilegiados del Ayuntamiento de ¡Madrid! (véase Gallardón y Ana Botella) han tenido la brillantísima idea de empapelar todas las estaciones de metro con una campaña publicitaria en contra de la prostitución que nos dice lo siguiente:

“Tú dinero hace mucho daño. Porque tú pagas, existe la prostitución”.

Todo ello bajo una imagen que muestra un prostíbulo de carretera con el nombre ‘Club Tráfico de armas’ en un caso y ‘Club Explotación de Mujeres’ en otro. En la radio se pueden escuchar cuñas como la siguiente:

"Soy un billete de 50 euros, y he visto muchas cosas… mi dueño es un proxeneta, y ahora estoy con muchos compañeros, porque nos van a cambiar por un kalashnikov... Tu dinero hace mucho daño. Porque tú pagas existe la prostitución"

La idea es culpabilizar al cliente insistiendo que su dinero es la causa de la explotación de la mujer y el tráfico de armas. Mucha demagogia y una memez, qué duda cabe.

En este artículo voy a tratar los motivos por los cuales la práctica de la prostitución es totalmente legítima éticamente. En el siguiente artículo hablaré sobre los efectos que tienen su prohibición e ilegalización.

Veamos. Si se tuviera que resumir todo el liberalismo en una sola idea ésta seria que: cada ser humano es propietario absoluto de sí mismo. Esto significa que cada persona debe ser la única que tome decisiones sobre su vida y sus propiedades, entre ellas su cuerpo.

Las personas, por tanto, pueden mantener relaciones sexuales con quien consideren oportuno siempre que las dos partes estén de acuerdo. Una prostituta es simplemente una persona que intercambia voluntariamente servicios sexuales a cambio de dinero. La palabra clave es ‘voluntariamente’, es decir, que se cumple lo siguiente:

1) La cooperación se basa en el contrato, en donde cada parte le entrega voluntariamente una cosa a alguien.

2) Se basa en la simetría porque las dos personas mantienen una posición de igualdad. No hay niveles ni subordinación.

3) cada uno de los participantes persigue sus propios fines.

El punto (3) es importante porque algunos nos intentan convencer de la necesidad de la ilegalización con el argumento de que la prostituta realmente no quiere hacer ese trabajo y está explotada.

Pero la verdad es que la relación entre prostituta y cliente se establece porque ambos creen subjetivamente que saldrán beneficiados con el intercambio. Un intercambio es económicamente posible solamente entre personas cuyas valoraciones de los bienes y de los medios de intercambio difieren en direcciones opuestas. Cuando existe una desigualdad en las valoraciones subjetivas. Cada uno valora el bien que va a adquirir en mayor grado que el bien que ya posee. Por lo tanto, las dos partes ganan porque, de lo contrario, el acuerdo no tendría sentido y no se efectuaría.

La prostituta, como todos nosotros, ejerce la función empresarial. Persigue un fin que ha descubierto que es importante subjetivamente para ella e intenta encontrar el medio que subjetivamente cree más adecuado para lograr ese fin. Y simultáneamente renuncia a otros fines y medios que considera menos importantes según su escala valorativa de fines. (Es importante señalar el carácter esencialmente subjetivo que tienen los fines, medios y costes.) Ha valorado los pros y los contras de las distintas opciones que se le presentan y se ha decantado por la más atractiva (económicamente o por otros motivos). ¿Por qué no se merece los mismos derechos que las demás profesiones?

Los servicios que presta la prostituta pueden ser a cambio de dinero y/o de otros bienes y servicios. A muchos lo que realmente les molesta es que haya dinero de por medio. Pero, ¿por qué la legitimidad de un acuerdo va a variar dependiendo de si se efectúa con o sin dinero?

Si el intercambio (practicar sexo a cambio de dinero) no viola los derechos de nadie, ¿con qué derecho alguien puede inmiscuirse y prohibir un acuerdo voluntario y libre entre dos personas?

Ninguna opción moral concreta justifica la prohibición y la ilegalización de la prostitución. En este sentido, la posibilidad de prostituirse es un derecho humano. La prostituta tiene todo el derecho de explotar su cuerpo como quiera.

Aviso para moralistas, feministas y demás liberticidas: que sea un derecho no quiere decir que se tenga que ejercer. En ningún momento estoy recomendando a la gente que se prostituya. Simplemente estoy diciendo que es una decisión estrictamente personal que no incumbe a terceros.

Una prostituta no es ninguna víctima. Lo es cuando el Estado ilegaliza la prostitución y la deja sin cobertura ni derechos legales. Y de esto precisamente hablaremos en el siguiente artículo.


























15 de abril de 2008

Empiezo a escribir en Aragón Liberal


Mi amigo Humberto Vadillo me ha propuesto incorporarme como columnista en Aragón Liberal y evidentemente he aceptado con mucho gusto.


Me ha hecho una presentación excesivamente buena ;-)


"De otra parte, D. Juan Morillo Bentué, joven filósofo e ingeniero barcelonés de recias convicciones liberales se incorpora a nuestra plantilla de colaboradores para dar una visión serena y analítica sobre las grandes cuestiones y sobre los asuntos pequeños. Juan Morillo es Master en Economía Austriaca y ha centrado sus investigaciones en Filosofía política, Ética, Epistemología y Filosofía del Derecho. En estos momentos se encuentra concluyendo el doctorado en Economía con una tésis sobre la “Epistemología y la Metodología de la Escuela Austriaca”.Excelente conversador y hombre de su tiempo, es miembro destacado del Instituto Juan de Mariana y colaborador habitual del periódico Asturias Liberal. Bienvenido. Esperamos que nuestros lectores disfruten de sus artículos tanto como lo venimos haciendo nosotros."



12 de abril de 2008

Noticias liberticidas de la semana

Fíjate que me preguntaba yo en qué se gastarían los políticos mi dinero...


1) Pagamos a los partidos más de 45 millones de euros en subvenciones


2) Un "diputado raso" cobra 5.245 euros al mes


3) Teddy Bautista califica de "miseria" los 120 millones del canon digital

11 de abril de 2008

Julia Otero, nacionalismo totalitario y nacionalismo liberal

En este artículo publicado en Asturias Liberal hablo brevemente de qué condiciones debería cumplir un nacionalismo liberal.

Actualización (31/05/2008): también se ha publicado en Aragón Liberal.

Y es que lo mejor es no perder ninguna ocasión. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, mi paisana Julia Otero hizo cantar a los niños el himno catalán (Els segadors) en su programa No em ratllis, con la manita en el pecho, la banderita y la hoz. Son las cosas que tiene el nacionalismo totalitario.

Pero, ¿cabría pensar un nacionalismo liberal? ¿Qué condiciones debería cumplir? Básicamente 3 que paso a exponer brevemente:

1) La autodeterminación.
Es decir, la posibilidad de decidir libremente a qué grupo político pertenecer. Lo cual significa que, en el caso de secesionarse una parte, ésta no podría ejercer la violencia y la coacción para evitar que otros grupos minoritarios pudieran a su vez separarse. De hecho la máxima pretensión liberal es una aspiración independentista: la independencia del individuo frente a las imposiciones estatales. La minoría más pequeña del mundo es el individuo decía Ayn Rand.

2) Abolición del proteccionismo y libertad de comercio exterior absoluta.
El principal derecho humano es el derecho a comerciar libremente, es decir, poder intercambiar pacíficamente los frutos de nuestro trabajo con otros. Es necesaria la libertad de poseer, competir y comerciar sin intervención gubernamental. Dejar fluir libremente las mercancías de una zona a otra. Es la herramienta que más contribuye al desarrollo humano. Además, el proteccionismo llevaría a la autarquía y como ninguna nación posee todos los recursos que necesita, se vería forzada a expandir sus fronteras de forma violenta. O entra el comercio o entrarán los tanques (Bastiat).

3) Libertad de movilidad de personas (emigración e inmigración).
No puede existir un mercado de trabajo protegido. Los individuos tienen derecho de ir de un país a otro. Pero ello exige la demolición del Estado del Bienestar primero. De lo contrario supondría una gran carga al contribuyente ya que se efectuarían enormes transferencias forzadas de renta de unas personas a otras. Se trataría de una inmigración artificial (no real, distorsionada), ya que no sería debida a una verdadera demanda de trabajo sino al “efecto llamada” del Estado del Bienestar. Cuanto más difícil le es a la gente moverse de un país a otro, más atractivas se convierten las políticas de redistribución. La posibilidad de redistribución tiende a incrementar la inmigración ineficiente.

Mirando el caso de Cataluña, no hay que ser un lince para darse cuenta que el nacionalismo es profundamente antiliberal. Tiene importantes consecuencias contrarias a la libertad de los ciudadanos. Sólo ese ente colectivo supraindividual místico llamado nación es reconocido, por lo que el individuo es cada vez más insignificante.

Lo de adoctrinar a los niños tampoco debería extrañarnos, ya que el totalitarismo siempre ha buscado moldear la opinión pública a través del control de la información y la educación. Una vez conseguido, la imposición de las verdades oficiales es sencilla.

Se trata de ser primero catalán y después libre, y eso no es liberal.

8 de abril de 2008

Julia Otero y la proyección de obsesiones sobre los niños

Leo que Julio Otero hizo cantar a los niños el himno catalán (Els segadors) en su programa, con la mano en el pecho, la bandera y la hoz.

Pero tranquilos lo hacen "por nuestro bien".

(Actualización: podéis ver aquí un artículo mío publicado en asturiasliberal.org comentándolo.)



Una lectora manda una carta a la Vanguardia:

"la última emisión del programa de Júlia Otero, No em ratllis,dedicado a Catalunya, terminó con la presentadora y los niños invitados cantando Els segadors con la mano en el pecho. Me parece bien que los ciudadanos hagan uso de su libertad de expresión y manifiesten de tal modo sus sentimientos. Ahora bien, me gustaría saber qué diría Julia Otero si en un programa de niños de una cadena de ámbito estatal o, ¿por qué no?, en TV3, se acabase el programa con el presentador cantando el himno de España con la mano en el pecho".

Le responde Julia Otero:

"No es bueno proyectar nuestras obsesiones sobre los niños. Es una lección que hemos aprendido al visitar más de doscientos colegios de Catalunya. Las criaturas son el espejo de su familia, pero sin el filtro, a veces perverso, de la corrección política. Como son y se sienten libres, dijeron, por ejemplo en el programa al que usted se refiere, que la Moreneta es negra por su origen inmigrante, confundieron a Carod-Rovira con el rey de España, no tuvieron reparos en afirmar que la senyera es poco fashion...y, sí, cantaron el himno con la mano en el pecho. Sabrá que tal cosa no es tradición catalana, sólo puede ser una imitación de las películas norteamericanas que tanto les gustan. Dejemos que los niños crezcan en paz..., habrá tiempo para que unos u otros o los de más allá les hielen el corazón, que diría Machado.

Más:

Segadores de la Historia y de la infancia

7 de abril de 2008

José Antonio Marina y la libertad de elegir de los padres


En este artículo publicado en asturiasliberal.org hablo acerca de la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos.

Actualización: también se ha publicado este artículo en AragonLiberal.es.


Siempre he considerado que José Antonio Marina era un filósofo francamente prescindible. Sus libros no aportan absolutamente nada de valor filosófico. Es un autor sumamente sobrevalorado. Lo que yo desconocía era su locura totalitaria. Últimamente nos ha obsequiado con la siguiente perla:

"La escuela tiene que formar ética y moralmente a los alumnos. ¡No me voy a fiar de la educación moral que les den sus padres!"

Ésta es la fantástica propuesta adoctrinadora de este… “pensador”. Se supone que habrá llegado a ella después de una larga reflexión filosófica de altísimo nivel.

Voy a analizar brevemente la cuestión de la educación pública en términos morales. Para un liberal el argumento moral debe prevalecer sobre el pragmático/práctico. Por tanto, habrá que dar respuesta a la pregunta de si alguien está violando los derechos de un tercero.

Veamos. Todos reconocemos la importancia de la educación. Todo el mundo es consciente de la necesidad de proporcionar a los niños y jóvenes las oportunidades de desarrollar sus mentes y estimularlos intelectualmente. No es de extrañar que la educación sea una de las prioridades para los padres. Éstos quieren que sus hijos estén bien educados porque es importante para su futuro.

Pero surgen algunas preguntas: ¿qué contenidos estudiarán? ¿Quién les enseñará? ¿Bajo qué circunstancias? En realidad, todas estas preguntas derivan de la principal: ¿quién lo decide? ¿Tienen los padres ese derecho?

Actualmente se acepta como dogma intocable que educar es una de las funciones legítimas (¿?) del Estado y no de los padres. Así, el Estado se convierte en el responsable de la formación de los jóvenes y cualquiera que lo cuestione se convierte en poco menos que un hereje.

Y, sin embargo, esto supone la violación de una de las libertades individuales básicas del ser humano: la libertad de elegir la educación de los hijos.

En ningún caso debe estar justificado que el Estado impida a los padres contratar libremente a los educadores que crean oportuno para sus hijos. Mediante acuerdos voluntarios, deben ser los padres los que decidan quiénes, qué y cómo se enseñará a sus hijos. Y tienen todo el derecho de hacerlo según su propio criterio.

Hay que eliminar la coacción en todas las relaciones humanas. En el caso de la educación, esa relación se da entre los productores (profesores y profesionales del sector) y los consumidores (padres e hijos). El Estado interviene coercitivamente en la educación de varias maneras:

1) Financiándola a través de impuestos.
2) Obligándola por ley.
3) Estableciendo los contenidos.
4) Decidiendo quién puede enseñar y quién no.

La meta de este racionalismo constructivista (que diría Hayek) en el sistema educativo es la ilusión histórica de la ingeniería social, es decir, el intento de controlar y diseñar la estructura de la sociedad. El objetivo es fiscalizar a los ciudadanos mediante la ideología estatal para subordinarlos a los deseos de los políticos de turno. Este deseo de perpetuarse en el poder hace que se busque vigilar la información y valoraciones que se han de transmitir a los alumnos. Desde luego no es de extrañar que la educación sea obligatoria, centralizada y dirigida.

El señor Marina, que seguramente será un ferviente admirador de Esparta, debería llegar a entender que en una sociedad libre debe existir una separación entre educación y Estado y que es inmoral e ilegítimo que el Estado se entrometa en la decisiones intrafamiliares.

Es una cuestión de derechos. Por cierto señor Marina, ¿me puede usted decir en qué sentido la libertad de los padres de elegir la educación de sus hijos viola los derechos de los demás ciudadanos?

El intervencionismo en la educación nos ha llevado a una situación terminal de fracaso escolar. Pero de la educación estatal en términos de eficiencia hablaremos en otro momento.

3 de abril de 2008

Los precios: la información que guía la economía


En este artículo de divulgación hablo acerca de la importancia de los precios en la economía. Se ha publicado en Asturias Liberal (03/04/2008), Aragón Liberal (02/05/2008) y Canarias Liberal (06/06/2008).


El mercado libre es el intercambio pacífico y voluntario de los derechos de propiedad.

Debido a que las transacciones son voluntarias, el proceso se basa en la persuasión y no en la coacción. Esto hace que sea moralmente superior a cualquier otro sistema de asignación de recursos.

Esta ausencia de coerción hace que sólo exista una manera de sobrevivir y enriquecerse en el mercado: satisfaciendo necesidades, deseos y gustos ajenos que los consumidores expresan al tomar sus decisiones particulares.

Pero, si la mayoría de los participantes del mercado no se conocen entre si,
¿cómo se consigue saber los bienes y servicios que requiere la gente? Respuesta: mediante el sistema de precios.

Los precios dicen a los partícipes del mercado qué necesidades tienen los demás y hasta qué punto quieren verlas satisfechas. Junto con las ganancias mayores son los mejores mensajes para conocer las necesidades humanas. Por consiguiente, los precios hacen de señales que facilitan al individuo, a la vez que lucha por satisfacer sus necesidades, contribuir sin saberlo a satisfacer las de otros.

El mecanismo de los precios es imprescindible e insustituible para indicar de forma precisa a consumidores y productores las decisiones que deben tomar de acuerdo con las condiciones reales de la oferta y la demanda.

A diferencia de lo que los intervencionistas opinan, el mercado no representa una anarquía de la producción. Todo lo contrario: es el único mecanismo capaz de coordinar las decisiones de los productores con las de los consumidores.

No hay sistema que puede sustituir a los precios como mecanismo que refleja las prioridades sociales y guía el proceso económico. La formación del precio es el proceso que todo lo dirige, y a lo que todas las cuestiones en economía se remontan.

El intento de suplantarlo mediante regulaciones económicas lo único que consigue es distorsionar, ralentizar y destruir la economía.

Pero de las intervenciones y regulaciones hablaremos en otro momento.

1 de abril de 2008

Bienvenidos!

Bienvenidos a mi blog.

El objetivo de este blog es la divulgación de las ideas liberales en lo económico, político y social.

Pretende ser, como su nombre indica, un elogio al individuo concreto e irrepetible.

“Primero debemos percatarnos de que todas las acciones son realizadas por individuos […] Si escudriñamos el significado de las distintas acciones desarrolladas por los individuos debemos aprender necesariamente todo acerca de las acciones de los todos colectivos. Pero un colectivo social no posee existencia y realidad alguna fuera de las acciones de los miembros individuales.”
Mises, "La Acción Humana"