22 de abril de 2008

Sobre la prostitución y ¡Madrid! (y II)


Este artículo es la segunda parte del artículo publicado en asturiasliberal.org sobre la prostitución. Hablo de las consecuencias que provoca la ilegalización de la prostitución.

Actualización 1: se ha publicado también en el Instituto Juan de Mariana con el título de Las Diez consecuencias de ilegalizar la prostitución.

Actualización 2: Los dos textos míos sobre la prostitución se han publicado juntos en liberalismo.org con el título Por la legalización de la prostitución.


En el artículo anterior expuse los motivos por los cuales la prostitución es una actividad totalmente legítima desde el punto de vista ético. Ahora toca presentar las consecuencias que provoca su ilegalización.

Si de algo nos advirtió el gran Frédéric Bastiat fue de la necesidad de tener en cuenta las consecuencias no previstas de las acciones humanas y en particular de las políticas.

La experiencia de su ilegalización es instructiva porque muestra claramente los resultados desastrosos de tratar de suprimir una actividad pacífica y voluntaria mediante la ley coactiva (e ilegítima).


Consecuencias para las prostitutas:

1) Abandono institucional: las deja sin derechos ni protección.

Éste es el punto más importante. En el anterior artículo comentamos que la prostitución no dejaba de ser una profesión como cualquier otra en la que dos personas efectúan una transacción voluntaria. Ahora habría que añadir que: sin instituciones adecuadas una verdadera economía de mercado no es posible (Coase). Lo cual significa que sin el apoyo del Estado de Derecho, la prostitución no puede ejercerse sin inseguridad jurídica y social.

La ilegalización hace que dejen de ser sujetos éticos. No están regulados ni sus derechos ni sus obligaciones. Las prostitutas están desprotegidas y se les puede maltratar. Se les puede secuestrar, pegar, violar, robar y forzar a prostituirse. Están en una situación discriminada y sin derechos. Se ha demostrado que las prohibiciones no acaban con el problema sino que lo único que hacen es empeorar las condiciones de trabajo de las mujeres que seguirán ejerciendo. Trabajan en malas condiciones de seguridad, limpieza, higiene y tranquilidad.

Sabemos que no vivimos en un mundo ideal y que siempre se seguirán produciendo injusticias y abusos aunque se legalice la profesión. Sobre todo conociendo la nula eficacia e ineptitud de quién tiene que protegernos (véase Papá Estado). Pero lo que se debe buscar es lo siguiente: garantizar los derechos a aquellas mujeres que deciden trabajar en la prostitución y limitar los abusos que hoy ejercen sobre ellas en los burdeles.

Una vez legalizada la prostitución, las que quieran continuar en la clandestinidad (para no pagar impuestos) lo harán voluntariamente y bajo su responsabilidad. Deberán asumir los riesgos.


2) La ley no funciona, no consigue lo que se propone (reducir la prostitución).

Es bien conocido que la prostitución es tan antigua como la humanidad. Y todo parece indicar que la humanidad no está para muchos cambios, porque la prostitución sigue siendo demandada enormemente pese a su ilegalización.

Atendiendo a la gran cantidad de dinero que mueve, podemos asegurar que el mercado más antiguo de la historia no parece que vaya a desaparecer. Y sin embargo, pese a no violar los derechos de nadie, está ilegalizada.

¿Cómo puede el Estado decidir si se tiene que reducir una determinar profesión? ¿En base a qué? ¿En base a que a los políticos les parece una actividad denigrante? ¿Intrínsecamente perversa? ¿Deshumanizante? Quizás deberían reflexionar acerca de su profesión.

El objetivo que hay que proponerse no es reducir la prostitución, sino la reducir las víctimas del tráfico de blancas y personas. Y eso se consigue legalizando la profesión para establecer claramente la distinción entre prostitución voluntaria (decisión propia) y prostitución coactiva (esclavitud), y persiguiendo fuertemente la segunda.


3) Convierten a gente honesta y pacífica en criminales.

La ilegalización produce la estigmatización social y persecución de una trabajadora honesta y pacífica. Muchas veces los bancos son reticentes a concederles préstamos y las aseguradoras prefieren evitarlas. Sufren el menosprecio y la discriminación que todos conocemos.


Consecuencias de crear un mercado negro:

4) Crea en la sociedad “mercados” en donde la competición se basa en la violencia y no de forma pacífica como en el legales.

No están basados en el contrato y la cooperación. Aumenta la violencia y la inseguridad ciudadana.


5) El precio del servicio es mucho mayor en un mercado negro que en un mercado legal competitivo.

Todo producto en un mercado negro tiene un precio más alto porque la falta de oferta y falta de competencia provocan la escasez de los servicios que la gente considera indispensables. Llega al mercado una menor cantidad que la demandada. Existe más demanda que oferta y los clientes están dispuestos a pagar un precio más alto por el servicio que se les prohíbe. Además hay que pagar al intermediario clandestino.


6) Los servicios en los mercados ilegales son de una calidad menor que en los mercados legales competitivos.

La falta de competencia y de legalidad hace que no haya ni el control ni las exigencias que se darían en un mercado legal.


7) Provoca una delincuencia asociada.

Los enormes beneficios del mercado negro incentivan que los criminales violentos entren. Provoca una delincuencia asociada, a menudo muy violenta. Existe un submundo ilegal en el que se da inmigración ilegal, extorsión, tráfico de drogas, falsificación de documentos y delitos económicos que aumentan la delincuencia y la violencia. La legalización ayudaría a luchar contra el resto de actividades.


8) Hace que el sistema de justicia sea más corrupto.

La legalización acabaría con un foco importante de corrupción que aumenta en todos los niveles del Estado debido a la gran cantidad de policías, jueces y demás autoridades que han sido comprados, sobornados o extorsionados por las mafias, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.


Consecuencias para el resto de la sociedad:

9) El Estado convierte actividades pacíficas en criminales.

Este punto es importante. Hay que derogar el artículo 188 del Código Penal, que prohíbe el proxenetismo, es decir, el dedicarse a la prostitución como empresario. Prohíbe que se establezcan relaciones laborales entre prostitutas y empresarios. Impide al empresario establecer tratos comerciales entre la prostituta y otra persona, aun con el consentimiento de las mismas. Hay que derogarlo porque hay que reconocer a la prostitución como profesión. Debe tener los mismos derechos laborales que las demás profesiones.

La prostitución se tendría que poder ejercer de forma autónoma o en contrato con algún empresario. Tienen que tener la posibilidad de establecer sus propios negocios.


10) Provoca un aumento de poder y gasto estatal.

Supone un gran recorte de libertades (impuestos, intervenciones, vigilancia) porque una enorme cantidad de recursos van destinados a prohibir y perseguir actividades pacíficas consensuadas en vez de perseguir a los verdaderos criminales y delincuentes.


Hay gente que defiende la legalización sólo por los elevados impuestos que recaudaría el Estado. A mí me parece que ésta sería precisamente una gran razón para no legalizarla. Además está demostrado que incentiva el que muchas prostitutas que ejercen por decisión propia lo hagan en la clandestinidad para no pagar impuestos.

La conclusión es que el Ayuntamiento se ha gastado nuestro dinero (que tanto nos cuesta ganar) en una campaña paranoica que no tendrá ningún tipo de resultado. En la próxima campaña para criminalizar al ciudadano seguramente nos mostrarán al niño negrito africano famélico muriéndose de hambre y dirán que es debido a que hay gente que paga por servicios sexuales.

Aunque yo propondría la siguiente: “Porque te quitamos TÚ dinero, NOS lo podemos gastar en campañitas liberticidas diversas”. ¿Qué tal?

4 comentarios:

angel dijo...

Interesante noticia esta: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Alquilo/habitacion/sexo/elpepusoc/20080422elpepisoc_7/Tes
Hay gente que aprovecha la subida del alquiler para cualquier cosa, cuánta perspicacia.

Me sorprendió esto: "La prostitución en España no está penada, y siempre que ambas partes estén de acuerdo esta práctica no constituye delito", afirma un portavoz de la policía.
¿Qué dice la ley española de la prostitución?

Y esto es bastante triste, sobre la situación en España: “La gran mayoría de las prostitutas no eligen voluntariamente venderse ni ceder a caprichosas humillaciones. Cada historia es el vivo reflejo de la ausencia de alternativas: el tráfico humano con vistas sexuales, el callejón sin salida de la drogodependencia o la interminable lucha por los papeles…”.

Saludos

Anónimo dijo...

Tan bueno como el primero.
Saludos!

Anónimo dijo...

Una exposición excelente, me ha gustado mucho. Muy de acuerdo!
Saludos!

MB dijo...

Ángel,

Te comento la situación en España rápidamente:

En España se despenalizó en 1995. Anteriormente estaba abolida/prohibida junto con algunas reglamentaciones. Actualmente no está tipificada como delito, es decir, que ejercer la prostitución en España no es delito. Pero si que se pueden dar circunstancias en la que se incurran en faltas o delitos como en otras actividades reguladas. Con figuras delictivas como el proxenetismo, la corrupción de menores, la pornografía infantil, la explotación sexual, etc.

El principal problema es que no está considerada como trabajo, por lo que no se acoge al artículo 35 de la constitución que reconoce el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, y a la protección de los trabajadores regulados mediante estatutos.

Lo que habría que hacer conseguir que se reconociera la prostitución como trabajo, lo cual daría pie a dar derechos sociales y legales. Y además lo lógico es que se eliminase la última frase del artículo 188 del código penal, que prohíbe el proxenetismo, es decir, ser empresario del sexo.

Espero que te haya servido ;-)

Un abrazo!