19 de octubre de 2012
Gráfico interactivo sobre cómo evolucionará la deuda española
The Economist ha elaborado un interesante gráfico interactivo sobre la evolución de la deuda española bruta como % del PIB hasta 2017.
17 de octubre de 2012
Evolución de los países desde el nacimiento del capitalismo
Llego a este video gracias a José Carlos Herrán. Muestra la evolución de 200 países durante los últimos 200 años, es decir, desde prácticamente el nacimiento del capitalismo.
Los que opinan ignorantemente que el capitalismo ha empeorado las condiciones de vida de las naciones, que lo miren atentamente y que aprendan algo.
¿Terrorismo financiero o irresponsabilidad estatal?
Artículo publicado en el IJM en el que explico cómo los gobiernos españoles se han colocado voluntariamente en una situación de dependencia financiera de los mercados y grupos financieros.
Últimamente se ha puesto de moda entre los iletrados económicos un término que roza lo cómico. El engendro no es otro que terrorismo financiero. Viene a decir que los "amos del mundo" son los mercados financieros que controlan y doblegan a los gobiernos y a las democracias haciendo que los políticos olviden sus responsabilidades y dejen desprotegida a la población frente a los especuladores que se adueñan de los mercados. El resultado, se nos dice, es un debilitamiento del Estado del bienestar y de la calidad de vida de las personas.
Empecemos por el principio. La palabra ‘controlar’ no deja de ser una tergiversación interesada del lenguaje. Por definición, nadie puede controlar al poder político. El poder político ostenta el monopolio de la fuerza de un territorio. Es la máxima autoridad de un territorio y no permite que absolutamente ningún agente pueda violar sus mandatos. La palabra correcta sería ‘depender’. Los gobiernos se han colocado ellos solitos en una situación de dependencia de los grupos y mercados financieros.
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25 de septiembre de 2012
El fin del Estado del Bienestar o de España
Artículo publicado en el IJM en el que demuestro que el Estado de Bienestar actual es totalmente insostenible y sitúa a España en una posición de insolvencia.
Se ha llegado al final de un modelo. El actual sistema o modelo de sociedad, el llamado Estado de Bienestar, está llegando a su fin tal y como lo conocemos. La presunción de este sistema de "protección social" es la de asumir la responsabilidad del bienestar social y económico de los ciudadanos mediante un conjunto de prestaciones en beneficio de los trabajadores y de sus familiares que tienen por objeto elevar su nivel de vida económico, social, cultural e integral.
Pues bien, esta pretensión se ha demostrado totalmente inviable.
¿Por qué? Sencillamente por la dimensión del desequilibrio entre ingresos y gastos públicos. Desequilibrio que, por cierto, arrastramos desde hace décadas, pero que desde el 2007-2008 se ha manifestado como inasumible.
Desde 2007 estamos claramente en déficit, que es el faltante en que incurre el Estado al intervenir mediante gasto público en la actividad económica. Es decir, es el resultado negativo de la diferencia entre gastos e ingresos. El déficit de 2008 a 2011 es de unos 352.000 millones de euros. Sólo en 2011 el desequilibrio fue de 91.350 millones euros, lo que supone un déficit del 8,5%. En 2011 los gastos superaron a los ingresos en un 24,20% (¡en 2009 fue un 32%!).
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13 de junio de 2011
Los empresarios tienen pánico a contratar… ¡y con razón!
Publicado en el IJM.
Los empresarios tienen pánico a contratar. Esto es lo que dijo Miguel Ángel Fernández Ordoñez, el gobernador del Banco de España. Algo con lo que no puedo estar más de acuerdo.
La lástima es que luego dice aquello de "flexibilizar el mercado laboral manteniendo la protección social" (ya se sabe que el Estado del Bienestar es sagrado e intocable). Esto es un sinsentido intelectual y moral, una contradicción en sí misma, porque son precisamente las supuestas medidas para conseguir esa "protección social" las que producen que exista más destrucción de empleo y que los obstáculos para crearlo sean insalvables.
Por mucho que nuestros sabios gobernadores, economistas, intelectuales y políticos nos den grandes discursos sobre la reducción de empleo, el mercado laboral y nos hablen de las grandes utopías de la humanidad, la realidad diaria es la que es.
Y lo que nos encontramos en el día a día no es que los empresarios no contraten porque son avariciosos o porque los bancos no den crédito. Las razones por las cuales los empresarios no contratan son sencillísimas de entender:
1.- La Seguridad Social que tiene que pagar la empresa por los trabajadores
Las cuotas de la Seguridad Social que la empresa debe pagar le suponen un aumento de costes laborales del 35% (de media). Brutal. La empresa no puede disponer de ese 35% para mejorar su negocio. Debido a este incremento espectacular en los costes, la mayoría de PYMES ven reducidos sus márgenes hasta el punto en que una gran cantidad de negocios acaban cerrando. Y hace que la mayoría de las empresas que empiezan no puedan ser viables. Así de simple. Aquí no hay poesía.
2.- Las indemnizaciones que deberá pagar la empresa en caso de despido
Por si fuera poco el elevado incremento que suponen las cuotas de la SS para la empresa, el empresario debe correr el riesgo de tener que desembolsar mucho dinero en caso de tener que despedir al trabajador. Abaratar el despido haría que la contratación de nuevos trabajadores aumentase automáticamente. Esto, que inicialmente puede resultar paradójico, es de fácil explicación: el empresario estará más dispuesto a contratar a nuevos trabajadores si sabe que en tiempos difíciles éstos no supondrán una carga pesadísima (muchas veces insuperable). Las indemnizaciones son otro evidente motivo para tener pánico a contratar a alguien.
3.- Los convenios y negociación colectiva
Las negociaciones individuales entre trabajadores y la empresa no son posibles. En su lugar, estas negociaciones deben hacerlas los "representantes" de unos y de otros. Lo que acaba pasando es que los salarios no pueden adaptarse a la situación concreta que atraviese la empresa. ¿Y esto que significa? Pues que las empresas no pueden fijar libremente los salarios que les permitan sobrevivir. Si las empresas tienen problemas empresariales no pueden negociar los sueldos con los trabajadores. Este hecho, claro está, será muy tenido en cuenta por el empresario que está pensando en contratar a alguien.
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25 de mayo de 2011
¡Indignaos!... reclamando más Estado y menos libertad
Publicado en el IJM.
La portada del panfleto facilón y demagogo de Hessel dice que es un "alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica". Parece ser que esta recopilación brillante de sofismas económicos y topicazos anticapitalistas va dirigida a los jóvenes, para invitarlos a desperezarse y a cambiar la indiferencia por una indignación activa. Habrá que entender indiferencia como todo aquello que no sea reclamar más intervención del Estado en nuestras vidas y en la economía.
En otro momento, ya he comentado la falta de honestidad de Hessel, típica del "buen intelectual", que consiste en criticar el sistema capitalista, pero aprovecharse de él al mismo tiempo. En el caso de Hessel, no duda en denostar al sistema capitalista y a los medios de comunicación, pero no ha dudado en utilizarlos para promocionar su producto. Incluso le ha puesto un precio (capitalista) a su panfletito. Y, sobre todo, no ha renunciado a las ganancias. Todo muy honesto.
Pero quizás lo peor del mini-documento de Hessel es lo que intenta transmitir a los jóvenes.
Primero, transmite la idea de que el Estado debe intervenir activamente en sus vidas para resolverles los posibles problemas que vayan teniendo en la vida. Es decir, que su vida, cuerpo y posesiones dependen de decisiones externas a él. Cuidados desde la cuna hasta la tumba. No hay que preocuparse de anticiparse al futuro porque ya estará la dulce mano del Estado para recogernos y acompañarnos.
Lo cual significa destruir toda iniciativa individual a favor de la iniciativa política; significa fomentar e institucionalizar el parasitismo, ya que los ciudadanos saben perfectamente que viven a costa de extraer renta a otros ciudadanos; y significa delegar sus responsabilidades vitales como son su salud, su futuro, su trabajo y su educación. Y esto no es más que sacar lo peor del ser humano. Eso es lo que comunica directa e indirectamente Hessel. Desde luego, eso no me parece que sea vivir una vida plena y responsable.
Otro nefasto efecto que tiene el panfleto fascista-comunista de Hessel para los jóvenes es que no les ayuda a comprender los fenómenos económico-políticos, lo que hará que tomen decisiones erróneas en el presente y futuro. Pongamos por ejemplo el sistema de pensiones público. Si alguien verdaderamente cree que este sistema es viable y necesario, actuará de forma muy distinta a alguien que entiende que este sistema es totalmente inviable por ser un sistema piramidal. El primero cree que percibirá una buena y segura jubilación cuando se retire laboralmente; el segundo sospecha que no recibirá nada. El primero no se preocupará demasiado en ahorrar e invertir en el presente para acumular y aumentar su riqueza de cara al futuro; el segundo se convertirá de inmediato en un ahorrador e inversor, consciente de que nadie le va a pagar su retiro. El primero no debe actuar con perspectiva a futuro; el segundo sí, y rápido. El primero es un funcionario y parásito; el segundo es un empresario y emprendedor. La diferencia entre uno y otro es abismal. Y sus futuros también lo serán.
Hessel, claro está, fomenta el primer caso. Desde luego, no creo que sea un modelo intelectual a seguir por los jóvenes. Y menos, en la situación de crisis actual.
Ir al artículo en el IJM.
24 de mayo de 2011
Historia de un lápiz
En la anterior entrada en la que hablo del panfleto de Hessel, hago referencia al desconocimiento que este autor tiene del proceso económico en general. En los comentarios, Marcos recomienda "Historia de un lápiz" que está narrado por Milton Friedman.
Es un video muy aconsejable. Igual que lo es el clásico "Yo, el lápiz" de Leonard E. Read, que es de dónde Friedman sacó la idea para su programa de televisión Libertad de Elegir y para su libro con el mismo nombre para ilustrar el poder del mercado.
Yo, el Lápiz de Leonard E. Read
22 de abril de 2011
¡Indignaos!... con la poca honestidad de Hessel
Artículo publicado en el Inst. von Mises de Barcelona.
Ya tenemos aquí el último gran panfleto liberticida de la temporada. Es el conocido ¡Indignaos! de Stéphane Hessel y está repleto de populismo barato, topicazos anticapitalistas y de sofismas económicos.
El libro se presenta como un panfleto destinado a despertar a los adormecidos jóvenes. Sus batallas fundamentales son contra el desmantelamiento del Estado de bienestar; contra el poder del dinero, que "nunca ha sido tan grande, insolente, egoísta"; contra el incumplimiento de los derechos humanos a lo largo y ancho del planeta; contra el poder de los medios de comunicación como transmisores de ideología.
El libro no tiene ningún rigor intelectual y tiene poco de honesto. Para empezar, el autor denuncia que en los medios de comunicación se transmita ideología. ¿Acaso se piensa que su panfletito no está cargado de ideología? Según el punto de vista del autor, habrá que entender por ideología todo aquel sistema de ideas que no sea el suyo y que, por lo tanto, son malas y no ha de transmitirlas nadie. Sin embargo su ideología, la comunista-fascista, sí que hay que difundirla masivamente por todo el mundo y en todos los medios de comunicación. Esto va muy en línea con su pensamiento totalitario, pero no es muy honesto.
Por otro lado, está su crítica a la globalización y al “egoísmo” imperante en la sociedad. Todo esto puede decirlo con un portátil de última generación en sus manos, sin cuestionarse el proceso económico que ha hecho posible que podamos tener este equipo de elevada tecnología a un bajísimo precio (en vez de una máquina de escribir o una pluma de ave).
Repite sin parar el topicazo de que la gente sólo se mueve por motivos económicos y egoísmo. ¿Cómo lo sabe? ¿Nos ha preguntado a todos? Esto de erigirse como representante del mundo es típico en el pensamiento totalitario. Y es poco honesto, claro está.
Además deberíamos preguntarle al erudito de qué manera es diferente la forma de llevar a cabo su actividad a la del resto de personas en cuanto a “egoísmo”. ¿Acaso nos está diciendo que su proceder es menos “egoísta” que el de un zapatero, comerciante o empresario? Tendría que explicarnos que le mueve a él que no nos mueva a todos los demás. Seguramente él cree que su actividad es diferente porque escribe panfletitos y se las da de intelectual. Todo muy en línea con su pensamiento típicamente fascistoide y elitista.
A pesar de denostar el capitalismo y los medios de comunicación, este señor ha utilizado todas las herramientas que existen en la sociedad (capitalista) para promocionar su producto. ¡Incluso le ha puesto un precio a su libro como cualquier capitalista! No hemos visto que se queje por la gran venta y difusión que ha alcanzado su libro gracias a la publicidad y a los medios de comunicación capitalistas. Tampoco, claro está, se ha posicionado en contra de los ingresos que habrá obtenido. Todo muy poco honesto.
En fin, nos encontramos ante un personaje totalitario de libro. Un liberticida que piensa que las únicas ideas y estilos de vida respetables son los suyos, y que por lo tanto, intenta imponerlos por la fuerza mediante más coacción estatal. Un peligro.
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